Bienvenidos al Getsemaní.


El Señor sea con todos nosotros.


Bienvenido y gracias por visitar nuestro huerto.

Al este de Jerusalén, en el valle de Kidron, a los pies del conocido como Monte de los Olivos, hay desde hace siglos, un pequeño huerto conocido como Getsemaní. En ese mismo lugar, después de celebrar la Pascua con sus amigos y discípulos y de enseñarles la liturgia que aún hoy realizamos en su nombre, se retiró Jesús a orar y encomendarse al Santo Padre.

Allí, en la oscuridad de la noche, entre olivos y hierbas silvestres, Jesús se postró en el suelo y, en actitud orante con el corazón abierto, dirigió al Santo Padre alguna de las más bellas palabras que nos ha dejado, antes del momento más duro de su vida terrena.

Este es, sin duda, un lugar sagrado, uno de los más poderosos y maravillosos de La Tierra.


Siempre hay tiempo para la oración. Porque

«Donde estéis dos o más reunidos en mi nombre, 

allí estaré yo en medio con vosotros»

(Mateo 18, 20)


Si Jesús, apenas unas horas antes de ser aprehendido y hecho cautivo, a las puertas de la muerte en la Pasión, supo encontrar un momento en el Getsemaní para hablar con Dios, ¿qué excusa podemos tener tu y yo, humildes mortales pecadores, para no hacerlo más a menudo?

Ni las prisas ni las urgencias del mundo en el que vivimos, ni las rutinas ni las tecnologías que nos arrebatan nuestra conciencia y nuestro tiempo, sirven como justificación para no encontrar cada día -aunque apenas sea por unos instantes- un momento de encuentro con nuestro hermano Jesucristo para poder pedirle que interceda por nosotros ante Dios Poderoso para que nos envíe el Espíritu Santo a que nos ilumine y nos de discernimiento.


«Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz.

Pero no sea como yo quiero, sino como Tú quieres»


El más humilde de los presentes en el Getsemaní en aquella noche de traición y de amistad, fue el modesto jardinero que cuidaba del huerto. Su labor no era otra que de cuidar del huerto, mantener limpios sus caminos y compuestos sus cercados y abrir sus puertas a cuantos quisieran o necesitaran pasar un momento en sus terrenos. Ese es el propósito que nos mueve a dedicar nuestro tiempo a este sitio.

Hermanos en Dios, sed todos bienvenidos.